Fue al principio del verano cuando recibimos la llamada del director del ICOIIG, Pablo Pérez Vázquez, para encomendarnos la tarea de realizar la entrega de un premio con realidad virtual. Quisimos ir un poco más allá y complicarnos -como siempre- un poco la vida. En este caso propusimos la sincronización de movimiento del premio real con su avatar virtual en 3D mediante estaciones base de HTC Vive. De tal manera que el galardonado recibió su premio en los dos paralelos -real y virtual- al mismo tiempo. Pero para conseguir su premio Alberto Docampo tuvo que realizar antes un viaje virtual iniciado en el interior de una cueva prehistórica e interactiva en 360. Allí Docampo tuvo que chocar dos piedras con sus propias manos para generar lo que nosotros denominamos el principio de la industria, el gesto esencial que da lugar a la primera herramienta. Entonces la cueva se fracturó y el premiado pudo flotar en la galaxia hasta que dio comienzo una abstracción animada basada en el concepto de industria 4.0. Finalmente Alberto Docampo recibió su merecido premio en ambos mundos aunque solo pudo llevarse a casa uno de los dos.
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